En esta postura el pasivo se apoya sólo sobre sus brazos y hombros y levanta el culo todo lo que puede para que su pareja pueda penetrarle profundamente.
El pasivo, que controla la postura, puede elegir apoyarse en los codos en lugar de usar todo el brazo, para así poder masturbarse a la vez que se la clavan a base de bien.
Una postura muy placentera pero que puede llegar a ser dolorosa para pasivos inexpertos. Requiere de gran fuerza física y flexibilidad por ambas partes.
Esta postura me encanta para mantener a mi chico penetrado, suelo aplicarla cuando ya tenemos avanzado el acto, porque a mi chico es una postura forzada, pero a mí me gusta porque puedo forzarle bien y alertarle de cuando puede pajillearse para alcanzar el orgasmo conmigo.
Andrés, esta postura te encanta, ¿Pero y tú chico disfruta? Da la sensación que tienes a tu chico para utilizarl tú.